
Ayer 10 de julio, el Tribunal Supremo rechazó la petición de la Abogacía del Estado de apartar a la Fundación Francisco Franco de la causa de la exhumación del dictador. Recordemos que esta institución ultraderechista tiene por objetivo difundir el mandato e ideario de una dictadura fascista y totalitaria como fue la del General Franco.
La exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos fue aprobada por el gobierno de Pedro Sánchez el 15 de febrero de este año y se preparó para hacerla efectiva antes del 1 de marzo. Tanto un juzgado de Madrid como el Tribunal Supremo han puesto trabas a la iniciativa, favoreciendo a la familia Franco, contraria a la exhumación, y a la fascista Fundación Francisco Franco.
Los Franco propusieron, eso sí, una nueva ubicación para el cuerpo del dictador: la Catedral de la Almudena de Madrid. El gobierno español lo prohibió y desde el Vaticano se desaconsejó. Este aparente apoyo de la Iglesia cambia sustancialmente con los obispos y con el clero español en general. La mayoría de estos están en contra de la exhumación, el más beligerante ha sido el prior del Valle de los Caídos Santiago Cantera, que fue miembro de la Falange Española. La Iglesia española no quiere tocar a Franco, ¿por qué iba a hacerlo?, a la mayoría de su clero, no de sus fieles, le gustaría que ese régimen fascista continuara en España. Me gustaría saber que opinaría de todo esto Jesucristo.
Y otro frente abierto en el proceso de exhumación es el Tribunal Supremo. Además de las trabas administrativas que está poniendo, la Sala se referió a Franco como Jefe del Estado desde el 1 de octubre de 1936. En primer lugar, en el documento no se refiere a Franco en ningún momento como dictador, que es lo único que fue, además de un genocida. Y en segundo lugar, el 1 de octubre de 1936 los golpistas fascistas escogieron como líder en los territorios invadidos por los mismos a Francisco Franco. El 1 de octubre de 1936 el único Jefe del Estado español era Manuel Azaña, Presidente de la República Española escogido democráticamente por un parlamento legítimamente constituido, los miembros del cual fueron elegidos de la voluntad libre de los ciudadanos. El Tribunal Supremo con esto ha dado legitimidad al golpe de estado de los fascistas y se la ha quitado a la primera democracia real que hubo en España.
En mi opinión, la exhumación de Franco no es suficiente. Hay que sacar también a José Antonio Primo de Rivera, fundador de la fascista Falange Española e instigador del golpe de 1936, y a todos los republicanos represaliados por el franquismo que acabaron en una fosa común en el Valle de los Caídos. Estos republicanos tienen que ser enterrados con dignidad.
Desde el ejecutivo español se ha hablado de replantear el Valle de los Caídos para que sea un espacio de reconciliación y de memoria. Yo me quedo con lo que me dijo el histórico militante de la CNT y antiguo maqui Martín Arnal, de 97 años, con respecto al Valle de los Caídos: ¡yo soy partidario de la dinamita!
Que se recupere la memoria histórica de los olvidados, que saquen al fascista ese de allí, que haya dignidad en este país, pero que no se haga en un monumento inmenso a un dictador fascista. Esa cruz enorme es una vergüenza, ya no solo para España, sino para los cristianos. El día en que se derribe esa monstruosidad este país será mejor.
