Eretz Yisrael, la Tierra de Israel. La tierra prometida, el hogar natural del pueblo judío. ¿Cómo es posible que también sea lugar de guerras y crueldad? Esta tierra santa para cristianos, musulmanes y judíos, representando así a más de la mitad de la población mundial, representa actualmente el conflicto entre Israel y Palestina.
Como la mayoría ya sabemos, Israel se creó en el protectorado británico de Palestina en 1948. Naciones Unidas dividió el territorio en dos: un estado judío (Israel) y un estado musulmán (Palestina). Las ciudades santas de Jerusalén y Belén pasarían a ser territorio internacional de la ONU. Después de una guerra, los israelíes ocuparon gran parte del territorio de Palestina, y actualmente ocupan casi toda Cisjordania. Hay pocos territorios en esta zona no ocupados y la Franja de Gaza está controlada por Israel, aunque no ocupada. Los palestinos luchan por su independencia y los israelíes para anexionar los territorios palestinos.
En los últimos años las relaciones entre la Autoridad Nacional Palestina y el Gobierno de Israel eran buenas y la paz imperaba en tierra santa, además de querer buscar soluciones pacíficas para un conflicto que duraba ya demasiado. Esta supuesta paz resultó ser una paz armada. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu es contrario a la llamada ‘Solución de Dos-Estados’ en la que se crearía el estado de Palestina, independiente de Israel. Y no sólo eso, el presidente Donald Trump trasladó la embajada norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén.
El problema central del conflicto es Jerusalén, sin ninguna duda. Los palestinos creen que es la capital de Palestina y los israelíes creen que es la capital del Estado de Israel. Además de poseer lugares sagrados para el judaísmo y para el islam. La comunidad internacional no reconoce que Jerusalén sea capital de ninguno de los dos territorios, y para esta la capital de Israel es Tel Aviv, donde se localizan la mayoría de embajadas estrangeras. Digo la mayoría porque el presidente Donald Trump trasladó el año pasado la embajada en Israel de Estados Unidos a Jerusalén. Este echo provocó muchas protestas por parte de la población palestina y el grupo islamista Hamás declaró el inicio de una tercera intifada, alzamiento popular armado palestino. La decisión de Trump también reflejó la poca neutralidad de Estados Unidos en el conflicto y su papel de mediador entre las dos partes quedó diluido.
Desde el anuncio de esta decisión por parte del presidente estadounidense las protestas violentas han aumentado en Gaza y en Cisjordania. El ejército israelí bombardea posiciones de Hamás en la Franja de Gaza, matando así civiles, y el grupo terrorista hace lo propio con las poblaciones israelíes cercanas. Hamás, además de la creación del estado de Palestina, quiere la desaparición de Israel. Estamos listos para eliminar a Israel de la faz de la Tierra. Esto se dijo ayer desde Irán, el enemigo de Israel en esta especie de guerra fría de Oriente Medio.
Estos días se ha hecho viral una fotografía de un judío y un palestino besándose. La imagen quiere combatir la intolerancia hacia el colectivo LGTBI y entre israelíes y palestinos.
El pueblo de los justos, los judíos, no pueden permitirse negar la libertad de otro pueblo. Otro pueblo que también cree en Dios, de otra manera, pero cree en Dios. No es justo y espero que Israel acepte la independencia de Palestina y que los dos estados puedan vivir en paz. Espero que haya paz en tierra santa.
