«The House contra Donald Trump»

El año no empezó a gusto del presidente Donald Trump. El pasado 3 de enero se constituyó la centésima decimosexta legislatura del Congreso de los Estados Unidos de América. Aunque el Senado está controlado por el Partido Republicano (GOP), los demócratas han conseguido la mayoría en la Cámara de Representantes (The House) y le han declarado la guerra al presidente republicano.

El 6 de noviembre de 2018 se celebraron elecciones de medio mandato en Estados Unidos, es decir, elecciones en la Cámara de Representantes, en el Senado y en 36 estados.

El Partido Demócrata ganó en siete estados y mantuvo su dominio en ocho más, a excepción de Alaska, donde el GOP ganó después de cuatro años de gobierno demócrata. En el resto de estados los republicanos mantuvieron a sus gobernadores.

En las mismas elecciones se renovaban 35 de los 100 senadores. De estos, 22 fueron demócratas, 11 republicanos y 2 independientes. Aún así los republicanos mantuvieron la mayoría en el Senado con 53 escaños. La razón; la mayoría de senadores a renovar eran demócratas y el Partido Republicano recuperó cuatro estados, en cambio los demócratas sólo recuperaron dos.

La suerte sonrió al Partido Demócrata en la Cámara. Consiguieron más de sesenta millones de votos, diez más que los republicanos, representando así el 53’4 % del resultado. La actual composición de la Cámara de Representantes es de 235 demócratas, 199 republicanos y 1 vacante, en las elecciones del noveno distrito de Carolina del Norte hubo acusaciones de fraude y aun no se ha escogido a un representante.

La participación en las elecciones fue del 50’3 %, superando la mitad de la ciudadanía, cosa extraña en los procesos electorales estadounidenses. Este dato de participación es el más alto desde 1914.

Las elecciones fueron las más diversas que ha visto Estados Unidos. Muchas mujeres fueron elegidas, hubo más candidatos del colectivo LGTBI, como el primer gobernador homosexual, y también de las minorías raciales, como la primera musulmana o la primera nativa americana elegidas para el Congreso. Los demócratas centraron la campaña en la aprobación de la reforma sanitaria del expresidente Obama o Obamacare, en la política migratoria y en la creación de un nuevo sistema de impuestos.

La dura política con los inmigrantes, la guerra comercial con China y la supresión de muchas leyes sociales llevadas a cabo por la administración Trump han hecho que los demócratas ganaran estas elecciones.

Los demócratas de la Cámara liderados por Nancy Pelosi ya han anunciado la aprobación de nuevas leyes y reformas contrarias a la política de Donald Trump. Esto será una empresa difícil para el Partido Demócrata, ya que los republicanos tienen mayoría en el Senado y el presidente Trump ha amenazado de vetar todas las leyes que los demócratas aprueben en la Cámara.

Lo más probable es que durante los próximos dos años los demócratas impedirán la mayoría de actuaciones de Trump y éste impedirá las de los demócratas. Así que habrá un inmovilismo que puede romperse en las elecciones presidenciales y legislativas de 2020. El Partido Demócrata ha demostrado que puede movilizar a los estadounidenses y la intención de voto para los demócratas incrementa. Tienen la oportunidad de mantener ese apoyo durante estos dos años, aumentarlo y así poder ganar a Donald Trump y a los republicanos en 2020. Si la participación incrementa lo más probable es que los demócratas ganen a los republicanos en las próximas elecciones presidenciales, deben ser pacientes y escoger a un buen líder para echar a Donald Trump de la Casa Blanca.

Donald Trump en su discurso de investidura como presidente electo de los Estados Unidos de América.

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