El «President de la Generalitat», Joaquim Torra, vive sus días más complicados desde su investidura en el aniversario del referéndum ilegal y unilateral del pasado 1 de octubre de 2017.
En su discurso institucional, alentó a los grupos más radicales del independentismo, entre ellos, los conocidos como Comité de Defensa de la República (CDR), sin importarle las consecuencias ni los diferentes altercados que se estaban produciendo en diferentes lugares de Catalunya durante la mañana. Los altercados continuaron durante la tarde y la noche, donde se produjeron los actos más violentos del día. Para bochorno dentro del propio movimiento independentista; los mismos grupos que había alentado el President Quim Torra durante la mañana, asediaron la Jefatura Superior de la Policía Nacional (Barcelona), la Delegación del Gobierno (Girona) y el Parlament de Catalunya (Barcelona).
En las manifestaciones se expresaba con contundencia la proclamación de la República y la desobediencia o, dimisión de Quim Torra y el Govern. Posteriormente los manifestantes clamaron por la ocupación del Parlament y reivindicaron a Terra Lliure (una organización terrorista disuelta en 1991, con ideología nacionalista de extrema izquierda y la cual guarda 1 víctima mortal y un total de 200 atentados). Estas movilizaciones acabaron con un enfrentamiento entre manifestantes y Mossos d’Esquadra, los cuales tuvieron que emplearse a fondo para liberar el Parlament de un asedio indigno y más propio de golpistas que de pacíficos demócratas.
Le esperan días peores a Catalunya, de la mano de irresponsables como Quim Torra, y del nacionalismo que no mira más allá de su objetivo de independencia, incluso llegando hasta sus últimas consecuencias.
El Resguardo 